La derecha, banda Rock Colombiana celebra 30 años de su album primogenito

 Fuente:https://tinyurl.com/22xwnz3a

Por: Daniela Suarez Zuluaga

11 de mayo de 2024 - 07:00 p. m.

La Derecha, tres décadas del rock que nació en un garaje de Bogotá

La banda bogotana celebra treinta años de trayectoria con el relanzamiento de su álbum homónimo, que vio la luz en 1994 con temas como “Ay qué dolor”, “Desnudos” y “Laguna Azul”. Entre idas y venidas, su música sigue vigente dentro de la escena rockera del país. Presentan, remasterizado, su primer trabajo musical.
 
La agrupación La Derecha perteneció a la escena rockera bogotana de los 90. 
 

“Estos discos que hicimos en los 90 fueron nuestra vida. En el primero, “La Derecha” (1994) nos demoramos un año grabando en un garaje, y en el segundo “Balas de bebé... y otras canciones de cuna” (1996) nos tomó dos años. Recordamos esos momentos con mucho cariño porque actualmente el mundo está sumergido en la inmediatez, nosotros sí teníamos tiempo para hacer las cosas”, dice Mario Duarte, vocalista de la banda bogotana, en entrevista para El Espectador.

Mario y Josué Duarte y Juan Carlos ‘Chato’ Rivas, hoy celebran su legado en la historia del rock colombiano y recuerdan que La Derecha es uno de esos referentes de aquellas bandas alternativas que sonaban en los 90, junto a Aterciopelados, 1280 Almas, Bajo Tierra, entre otros.

Son conscientes de que han tenido que acoplarse al nuevo ritmo de la industria y cuentan que han tenido que asumir el rol de fotógrafos, diseñadores, incluso como mánager de su propia banda. Aun así siguen haciendo música porque eso es lo que les mueve el alma. Aceptan que extrañan los discos físicos y todo el trabajo detrás del concepto de un álbum musical, pero reconocen los avances de la tecnología. Son nostálgicos, pero no necios en contra de la evolución.

“En nuestra época, en los 90, el disco físico todavía tenía mucho impacto. Ahora tener la música en plataformas hace que uno no alcance a escucharla toda. Por el lado de la producción veo que hay una escena muy fuerte que sigue creando, y eso es un punto importante porque es algo que no muere. Surgir, mantenerse y vivir de la música es lo complicado, porque ahora toca hacer muchas cosas que no tocaba hacer antes”, asegura “El Chato” quien además hace un panorama de la escena rockera en el país. Afirma que eventos como el Estéreo Picnic y Rock al Parque han ayudado a conservar la esencia del género visibilizando a los nuevos exponentes.

Muchos no lo saben, pero Rock al Parque, el festival musical gratuito más grande de todo el continente, se creó por iniciativa de Mario Duarte, quien recuerda que este evento se hizo partiendo de la necesidad de convocar a la gente alrededor de la música y dejar a un lado las diferencias. En el escenario de las primeras ediciones del Rock al Parque, además de La Derecha, se presentaron los Aterciopelados, Minga Metal, Los Tetas, La Pestilencia, Kraken, Todos Tus Muertos y otras bandas que hacían parte de la escena del rock local y latinoamericano.

Canciones como “Ay qué dolor” (que ocupó el segundo puesto en el listado de las 50 Grandes Canciones Colombianas de la Revista Rolling Stone), “Lola” y “Desnudos” se escucharon en el festival y también en este disco, que hace 30 años innovó con un estilo rockero mezclado con sonidos latinos e influenciado por bandas internacionales como The Clash.

“El Chato” dice que esos sonidos latinos del álbum no fueron premeditados y aclara que llegaron de manera orgánica gracias a las congas que implementó el percusionista de La Derecha en ese momento, Carlos Olarte, conocido como “Panelo”. Aunque eran una banda de rock, todos los integrantes escuchaban géneros distintos como la salsa, el funk y el “chucu chucu”. De todas esas influencias que tenían y con las que crecieron en sus casas, llegó la idea de crear ese sonido que les puso un sello y un lugar en la historia del rock nacional.

De este álbum todos rescatan ese “sonido de garaje” que daba un toque especial a las canciones de la época, precisamente porque lo grabaron ahí, en el garaje donde ensayaban juntos cuando eran jóvenes y tenían la las ganas de comerse el mundo a punta de rock. La remasterización mejoró el sonido, pero no la esencia.

Luego de siete años juntos con su alineación original junto a Francisco Nieto, la banda se separó en 1997. Fue una despedida “un poco accidentada” según cuenta “El Chato”. Todos tomaron caminos distintos y se dedicaron a otras cosas.

Mario Duarte encontró en la actuación un camino. Es recordado, entre otros, por interpretar a Nicolás Mora en “Yo soy Betty, La Fea”, a Dagoberto García en “Francisco el Matemático” o a Vladímir Fernando Molina “El Mil Amores”, en “La hija del mariachi”. “El Chato” se dedicó a la producción musical. Lo curioso es que mucha gente no sabe que La Derecha se disolvió durante más de diez años.

“A mí me parece genial que la gente piense que La Derecha nunca se ha separado. La verdad es otra, porque hemos tenido muchas idas y venidas motivadas por nuestras vidas individuales. Hay momentos en los que tenemos apagado el motor que une la amistad con el rock y la música. Es muy chévere no tener la presión de estar obligados a hacer algo, porque lo que me inspira a mí a trabajar es la posibilidad de tener algo para mostrar”, dice Mario Duarte.

La derecha celebró sus 30 años con dos fechas sold out en el Astor Plaza el 26 y 27 de abril. Se reencontraron con un público distinto, repleto de generaciones diferentes. “Claro, el público ha cambiado, y nosotros también hemos cambiado. Recordar es vivir, pero más allá de eso reconocemos que la gente joven hace parte de la nueva etapa, de todo lo que hicimos cuando volvimos en 2010, de “El Puñal”, de todo el álbum “Polvo Eres”, dice Josué Duarte.

Para Mario Duarte, Josué Duarte y Juan Carlos ‘Chato’ Rivas, hacer música no es una imposición, lo hacen porque quieren y porque pueden. Esta celebración es solo un reconocimiento a su trabajo, su sonido y la huella que ha dejado La Derecha en la música. Aunque han pasado 30 años desde el lanzamiento de este álbum, escuchar “por mucho que yo quiera ir a Nueva York. Y por mucho que mi casa esté más cerca, más lejos. Por mucho que me guste el Rock and Roll. No puedo, no puedo dejarte” es un viaje en el tiempo que revive el alma de los rockeros capitalinos.

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